Mucho ingenio y unos espejos gigantes llevan la luz del sol a un pueblo noruego
Rjukan, una localidad cercana a Oslo estaba condenada a vivir prácticamente a oscuras de septiembre a marzo
Desde hace un par de semanas esta situación ha cambiado, han pasado de tener unos días en los que predominaba la noche, a disfrutar de la luz del sol.
Rjukan está situado en un valle, por lo que la instalación de tres enormes espejos en las montañas que lo rodean han conseguido el milagro. El mecanismo funciona con energía solar, rastrea de forma continua el movimiento del sol en el cielo y refleja sus rayos hacia abajo, sobre la plaza del pueblo, inundándola con una brillante luz solar.
Unos espejos controlados por ordenador han logrado cambiar la vida de sus habitantes, haciendo que sean más felices. Hasta han decidido instalar una cancha de voley playa en el pueblo para poder disfrutar del deporte al sol.